Lo dice el refrán: "pan con pan comida de tontos". Sin embargo, cuando las variedades son especiales, la corteza es familiar y la miga de calidad, el manjar no es despreciable en absoluto.
Dos mitos horneados y curtidos en la gran pantalla como son Al Pacino y Robert de Niro interpretan correctamente sus respectivos papeles e iluminan una película cuyo desenlace es bastante predecible para cualquier adicto al género cinematográfico.
Dos policías veteranos deben investigar el asesinato de un proxeneta antes de colgar sus placas. El caso se complica cuando aparecen más criminales muertos y las pruebas apuntan a un policía como presunto autor.
La historia no transmite emoción alguna al espectador, que asiste a una película de intriga como tantas otras, sin destacar la brillantez de su trama y cuyo peso aguantan estoicamente sus protagonistas en un duelo interpretativo que salva el metraje de la mediocridad. La trama no es especialmente novedosa y pretende seguir la estela de alguna antecesora como "Seven" sin llegarle a la suela del zapato derecho. Entrelaza con soltura las subtramas pero no consigue arrimarse al espectador de forma contundente para engancharle.
Destaca la lucha interpretativa entre dos perros viejos que no dejará indiferente a sus fans más incondicionales.
Trailer de "Asesinato justo"
Patricia García
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